París. Segunda mitad del siglo XIX. En el edificio de la ópera de París, un incrédulo director se niega a creer las historias, corroboradas por empleados con años de experiencia, sobre un presunto habitante de los sótanos de la ópera, omnipresente y sin embargo invisible; educado y sin embargo imperativo. Serán otros quienes, a su pesar, acaben viéndose involucrados en el misterio del fantasma de la ópera.
"El fantasma de la ópera" es una novela que va mucho más allá de lo que su argumento y su género indican. Bajo la historia del intrépido noble dispuesto a todo para salvar a su amada, se esconde la fuente de interesantes reflexiones sobre conceptos como la belleza, el talento, el arte y especialmente la medida en que estos interaccionan con las normas sociales, capaces de eclipsarlos en un momento.
Los protagonistas de la novela, más que el mismo argumento o el logradísimo ambiente del último tercio de la obra, son quienes ilustran estas cuestiones.
Por un lado está Raoul de Chagny, joven noble parisino y héroe de novela del diecinueve: entusiasta, puro y dubitativo respecto a los sentimientos que su amada tiene por él. Es el reflejo de una sociedad ordenada y civilizada, dispuesto a enfrentarse al monstruo, a lo irracional.
Christine Daaé, joven cantante de ópera de origen danés, relegada a un segundo plano en la ópera de París, y a quien el fantasma dará la oportunidad de dar a conocer su fabulosa voz ante todos. También ella es encarnación de los estereotipos de la época: recatada, virtuosa, e inocente hasta extremos irreales. Ignoro si en la época se tomaban estas cosas en serio (aunque me temo que así era), pero hoy en día no pueden causar sino risa cosas como que, al principio de su relación tutor-alumna con el fantasma, tome a este por el ángel de la música, un personaje de fábula infantil del que su madre la hablaba cuando era pequeña. Pero lo más triste es que también su abuela lo cree sinceramente cuando Christine le habla de su benefactor.
Finalmente está Erik, el fantasma de la ópera, un ser de oscuro pasado que guiado por su amor por la música ha decidido asentarse en los sótanos de la ópera, que conoce como ninguna otra persona y ha llenado de trampas. Más allá de su fealdad se esconde un gran talento para la música, que el sin dudarlo abandonaría si así consiguiese integrarse en la sociedad. Y es que lo que el genio en realidad quiere es una vida como la de Raoul, una vida normal, una esposa a la que "sacaría a pasear los domingos". Y es que, al final lo único que le importa a Erik es desprenderse de todo lo que le hace particular, sea bueno o malo, y sumergirse en la normalidad que continuamente ve, pero que le está vedada.
Sin duda es esta situación, ese sueño imposible, el que lleva a Erik a atacar de manera salvaje a la sociedad en la que busca integrarse. Tras múltiples catástrofes, causadas por la negativa de los directores de la ópera a concederle sus deseos, entre los que se hallan la reserva permanente de un palco, que estará a su entera disposición y la concesión de una generosa pensión mensual para su manutención. Llega la gran tragedia, que se desarrollará en los laberínticos sótanos de la ópera, dominio absoluto de Erik.
Deseoso del amor de Christine Daaé, la secuestra, llevándola a su morada subterránea, y tras amenazarla con provocar una masacre si no accede a casarse con él (incluyendo la muerte de Raoul),se siente feliz como un niño con la forzada respuesta de Christine; se vanagloria de que es amado por sí mismo y anuncia a Raoul, que su novia le ha abandonado y ha elegido quedarse con Erik por su propia voluntad. Y lo hace con absoluta sinceridad, cegado por el amor y la locura. Y es que una vez conseguido su propósito, una vez Christine accede a casarse con él, Erik inmediatamente se vuelve ciego y sordo a cualquier mención de los métodos de los que se ha valido. Si Christine ha accedido a casarse con él, tan sólo puede ser porque le ama.
El final, que evidentemente no voy a contar, es tan sorprendente como romántico, y aunque no deja de tener cierta lógica, contradice gran parte de lo antes expuesto, dando un giro demasiado brusco a la historia y a la manera de ser de los personajes. Aun así, deja campo libre a una doble interpretación, dependiente del punto de vista que se escoja para ver la historia. ¿El amor lo vence todo? A la luz del final de esta historia hay una respuesta feliz, superficial y aparente y otra, quizás menos satisfactoria pero más representativa del verdadero fondo de la novela.
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Lun Abr 07, 2008 5:49 pm
